La historia del condón es tan antigua que probablemente Moisés tenía uno escondido en su túnica, por si acaso. 🕊️ Todo comenzó en el antiguo Egipto, donde usaban fundas de lino más para protegerse contra enfermedades que para prevenir el nacimiento de mini faraones. En Roma, las cosas se pusieron más interesantes: los soldados usaban intestinos de animales. Sí, leíste bien, ¡tripas de animales!  Nada como decir "te amo" con un poco de intestino de oveja reciclado.

Avancemos unos siglos hasta el Renacimiento, donde los condones estaban hechos de lino tratado químicamente y se ataban con cintas. Imagina la escena romántica: "Espera, querida, déjame atar mi condón con este lazo." Pero la verdadera revolución llegó en el siglo XIX con Charles Goodyear y la vulcanización del caucho. Así es, el mismo tipo que te trajo los neumáticos de goma también hizo posible el primer condón reutilizable. Ahorros y protección, todo en uno, como una oferta dos por uno en la farmacia. 

Hoy en día, los condones vienen en todos los sabores y colores, incluso con texturas y efectos de calentamiento. ¿Quién hubiera pensado que los intestinos de oveja evolucionarían en un mercado de lujo? Así que la próxima vez que uses uno, recuerda: estás participando en una larga y curiosa tradición que abarca desde los antiguos egipcios hasta las fábricas de alta tecnología. ¡Larga vida a la evolución del amor seguro!