El arte de no dejar la silla
mayo 16, 2024
En el vasto y laberíntico mundo de la política, existen personajes que parecen haber encontrado la fórmula de la inmortalidad profesional, que llevan tantos años ocupando sus asientos que uno empieza a creer si en realidad son parte del mobiliario. Auténticos dinosaurios, que no sueltan la teta pública, como ranas cómodamente asentadas en agua que hierve lentamente, aferrándose a sus cargos con la tenacidad de una lapa en la roca.
La razón, quizás, radique en que es mucho más cómodo gandulear en una oficina con aire acondicionado y dietas pagadas que enfrentarse al mundo exterior donde las cosas no siempre se solucionan con un discurso bien ensayado. Éso, y que son para el dinero como cochinos para las cáscaras de papas.
La burla y el sarcasmo son inevitables cuando se observa a estos políticos de carrera que han pasado más tiempo en política que Matusalén en el Antiguo Testamento.
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