Cuando la realidad no coincide con el discurso

abril 17, 2024

 

En la arena política, la hipocresía es moneda corriente. A todos se nos viene a la cabeza ejemplos de  políticos que, a la mínima, presumen de tener una profesión fuera de la política, pero ¿cuánto de eso es realmente cierto?.

Muchos se presentan como individuos con dilatadas y exitosas carreras profesionales. Sin embargo, al examinar de cerca sus trayectorias, descubrimos que la mayoría de ellos ha pasado la mayor parte, si no toda, de su vida adulta en el ámbito político. La brecha, por tanto, entre sus palabras y sus acciones reflejan una desconexión fundamental con las necesidades y preocupaciones de la gente común.

Los políticos vividores del sueldo público disfrutan de privilegios financiados por los contribuyentes, con una auténtica falta de integridad y compromiso con el verdadero servicio público. Los políticos vividores del sueldo público se aferran al poder durante décadas, alimentados por el privilegio y la complacencia, en lugar de renunciar para permitir una verdadera renovación y representación democrática.

La prolongada permanencia de los políticos vividores del sueldo público crea una creciente desafección entre la ciudadanía, socavando la confianza en el sistema democrático y alimentando el desencanto hacia la clase política.

Curioso, no quiero despedirme de estas líneas sin mencionar que, en un sorprendente giro de eventos, se ha descubierto, recientemente, que una política de larga data está buscando un nuevo cargo político, dejando en entredicho su supuesto compromiso con la ciudad que ha representado durante años, lo que es una señal inequívoca de que su ambición personal supera con creces su verdadero servicio público.

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