Un nuevo disparate
noviembre 21, 2020
Se aprueba la Ley Celáa. ¡Qué bochorno! Partiendo de la base de que, abre la posibilidad de superar cursos con un número indeterminado de suspensos, lo que profesionaliza la figura del "pasea libros", fomentando la cultura del cero esfuerzo, esta Ley, a grosso modo, no hay por donde cogerla.
Busca el cierre fulminante de los Centros de Educación Especial, pretende hacinar a niños con discapacidad en centros públicos, sin medios y personal especializado. Una educación que sigue perpetuando el descabezamiento de la concertada, con un progresivo traspaso de los alumnos con discapacidad a colegios ordinarios con el pretexto de la "inclusión".
Hay una segunda víctima en la asfixia programada de los centros de educación especial, aparte de las personas con discapacidad: los padres más humildes. ¿O creéis que gente pudiente como Celaá llevará a sus hijos a un centro público y no a centros privados especializados? Es, por lo tanto, una Ley incomprensible por muchos motivos, profundamente insolidaria que afectará principalmente a las familias con menos recursos. Una medida socialista, por definición.
Así, el texto legislativo recoge de una manera cruel, la paulatina y eventual desaparición de los centros especiales hasta dejarlos en su mínima expresión. Y lo que pasará es que a esos chicos se les terminarán marginando en la escuela pública. Al tiempo.
Por otra parte, habría que empezar preguntándose si hay suficientes plazas públicas para los que no puedan sufragar el colegio al que van, si eliminan el concierto... ¿Dónde se educarán? No solo los más humildes, ya que es un torpedo a la línea de flotación de buena parte de la clase media. Es decir, si un privado cuesta a partir de 600€/niño y mes, hay que tener una economía familiar bien solvente para soportar más de dos niños en un privado, por barato que sea.
De esta manera, con esta Ley, la clase media pasará a ser baja pues, se les irá el sueldo de uno de los dos progenitores en pagar la educación especial privada de los hijos. Lo mismo hacen con la concertada. Aleja de la clase media la posibilidad de llevar a sus hijos a centros parecidos a los privados. En definitivas cuentas, la gente como Celaá, podrá seguir eligiendo y seguir llevando a sus hijos a los privados.
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