Gambas al ajillo

octubre 01, 2020

 
¿Una tapita de gambas al ajillo? Todo lo que sale del mar es un manjar. Pescados, mariscos y cada vez más las algas, se convierten en la estrella de nuestras ocasiones más especiales. Mi recomendación es que, para elaborar este plato... uséis gambas frescas y, si es posible, de primera calidad, ya que es un plato muy sencillo en el que lo importante es el ingrediente principal.  Por lo que, si el marisco está congelado, si el ajo está algo seco o el aceite no es AOVE… el resultado es bueno, pero si la gamba es de primera (gamba de Huelva, gamba roja de Denia…), las cabezas de Allium sativum son frescas y el óleo de la aceituna es obtenido de la primera presión en frío... simplemente, es espectacular. En cuanto el maridaje, mi recomendación es una cerveza muy fría, sin llegar a la cristalización, y en su defecto o falta de simpatía, un buen vino es una agradable alternativa.
 
Para preparar Gambas al ajillo:
  • 1 kg de gamba fresca o congelada.
  • 20 dientes de ajo.
  • 2 guindillas secas (también valen las pimientas de cayena).
  • Aceite de oliva virgen extra, cantidad suficiente (20 cucharadas, más o menos).
  • Sal y pimienta negra, cantidad suficiente.
  • Un chorrito de vino blanco o un toque de vinagre de Jerez (opcional).
  • Perejil fresco picado (opcional).

Preparación de las Gambas al ajillo:

  1. Si las gamba es fresca les sacamos la cabeza y cola. Si están peladas este paso lo obviáis. Ponemos las gambas en un cuenco y lavamos para retirar impurezas. Secamos con un trapo de algodón o papel absorbente.
  2. Si la gamba es congelada, lo mejor es dejarlas el día antes en la nevera y que se descongelen poco a poco. Utilizamos para ello un bol con un colador o cualquier otro recipiente en el que el agua pueda escurrirse sin estar en contacto con las gambas. Escurrimos bien el agua al día siguiente. Secamos al igual que si fuesen frescas.
  3. En cualquiera de las 2 opciones le quitamos el intestino y sazonamos con sal al gusto. Reservamos.
  4. En una cazuela ponemos el aceite de oliva virgen extra con las guindillas. Pelamos los dientes de ajo y cortamos en rodajas finitas.
  5. Calentamos y doramos los dientes de ajo laminados, que se doren, no queremos que nos den un sabor quemado. Un truco es retirar estos ajos (casi chips) y seguir con la receta, se incorporarían al final del todo. Así logramos el ajo en su punto y se hidrata con parte del caldo que suelta la gamba. La perfección en las gambas al ajillo.
  6. Echamos las gambas previamente escurridas al aceite. Subimos la temperatura y salpimentamos al gusto. En un minuto el aceite cambiará de color, no os asustéis, la gamba suelta su caldo y con la temperatura, emulsiona.
  7. Añadimos las guindillas y los ajos. Removemos e juntamos sabores.
  8. Servimos inmediatamente en cuanto esté la gamba en su punto justo de cocción, jugosa y con ese punto picante delicioso.

Espero que les haya gustado esta preparación. La imagen que, ilustra la misma, corresponde a mi elaboración. Todos los derechos reservados.

 
 

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