Pongamos que el presente artículo podría estar catalogado, perfectamente, como de ciencia ficción o no, pongamos que podría ser fruto de investigaciones, documentación o que, simplemente, es una "diarrea mental" con afirmaciones banales. 

Independientemente del encuadre, del enfoque que le demos, quizá nos pasemos de frenada si nos planteamos los siguientes interrogantes: ¿Podría estar la NASA controlada por el "Nuevo Orden Mundial"? ¿Ha sido colocada la luna en la órbita planetaria por extraterrestres?.

Y es que, los científicos rusos Mijail Vasin y Alexander Sherbakov, integrantes de la Academia Soviética de Ciencias, afirmaron hace 50 años que la luna no era un satélite natural de la Tierra, sino un inmenso planetoide hueco realizado por alguna civilización lo suficientemente avanzada y preparada. Asimismo, sostenían que la luna no podría haberse formado al mismo tiempo que la Tierra, dado que su composición es distinta, ni se separó por un choque cósmico, por la misma razón, sus minerales son profundamente diferentes.

Por otra parte, mantenían un planteamiento tajante en cuanto a que no pudo haber sido atrapada por la fuerza gravitacional del planeta, ya que su órbita satelital no es elíptica, es casi circular. Desafiando, por tanto, la dinámica de todos los planetas y satélites conocidos actualmente, incluyendo el propio sistema solar. Pero si la luna no es de formación natural, de procedencia artificial, no humana ni divina... ¿Quién o quienes la crearon y por qué?.

Bien es cierto que la influencia que ejerce la luna sobre el planeta es evidente. ¿Pero es creada por una raza alienígena para interferir con el proceso natural evolutivo del planeta?. Aristóteles creía que el cerebro, por ejemplo, era susceptible a la influencia lunar, por ser el órgano más húmedo del cuerpo, por lo que era probable que la misma fuerza que actúa sobre el agua en la Tierra, actuara en nuestro cuerpo.

Sea como sea el caso, el efecto lunar es palpable, evidente. Y de marea científica sabemos que, por ejemplo, la luna afecta  las maras y sin ellas, no hubiese sido posible el desarrollo de la vida en el planeta, ya que los primeros microorganismos y bacterias se originaron en el agua.