En la vida como en la cocina no me gusta ser básico, pobre en mis creencias, limitarme a los mandatos establecidos, ceñirme por la Biblia que los mandamases o sabelotodos imponen. En ese sentido, caer en calificaciones, tildar determinadas recetas como "basura" es, desde una osadía hasta pecar de ignorancia. 

 

Un hot dog casero, con todo el sabor de una comida rápida de calle, ideal para servir en nuestras fiestas pero, sin embargo, confeccionado con ingredientes de calidad, con sus salsas caseras y marcado en la plancha, es una opción respetable, ocasionalmente. 

 

Y, es que... a veces, no tenemos que complicarnos en exceso y, dependiendo de como esté nuestro ánimo o, simplemente, de lo que nos pide el cuerpo, debemos dejarnos llevar, sin ser muy rebuscados. Como en todas las comidas, como con todos los alimentos consumidos, de una forma única y exclusiva, sin una dieta variada... es perjudicial, tenlo por seguro. Pero, ¿quién me va a cuestionar este menú si lo acompaño de un plato de fruta?, por ejemplo...

 

Pues eso, a "soltarnos el pelo", a dar riendas sueltas a nuestras emociones, seguir nuestras sensaciones que, por una vez al año, no nos hará daño, ni dos... tampoco.  A mi perrito caliente, le he puesto una salchicha de pavo, elaborada, marcada a la pancha, salsas caseras, cebolla caramelizada, papas fritas, queso rallado emmental, etc. Y, como siempre, mi toque personal.

 

Espero que les haya gustado esta preparación. La imagen que, ilustra la misma, corresponde a mi elaboración. Todos los derechos reservados.