Ser lameculos

julio 22, 2020


Ser un lameculos es una opción tan válida como cualquier otra pero no nos lo intentes vender como algo noble o digno; eres así y no tienes remordimientos por ello. Muy bien por ti. Son supervivientes, plantas trepadoras que necesitan un buen muro sobre el que apoyarse; peces de media profundidad, que nadan lejos de la oscuridad del fondo o de lo peligros de la superficie, reptiles que saben acercarse al sol que más calienta.

Es difícil ver brillar a un lameculos pero nunca faltará, queridos lectores, un plato de sopa caliente en su mesa porque “hay que ser listo", "todo el mundo va a lo suyo”. No, amiguitos, no; no todo el mundo va a lo suyo. Hay personas que se sacrifican por sus principios o por aquellos que les rodean; hay seres humanos altruistas, bondadosos y generosos que ayudan cuando no pueden o  tienden una mano a aquellos de los que no esperan obtener nada a cambio.

Los poderosos también saben quiénes son los lameculos y les encanta su adulación. Disfrutan bajándose los pantalones y diciendo; “mira, chaval, que nalgas más sonrosadas. Dame un buen lametón y te haré sentir importante por un rato”. Y se lo lamerán. Con gusto. Porque “todo el mundo lo hace". Lo malo de lamer culos es que llega un momento en que todo te sabe a culo y aunque consigas cosas por ti mismo no podrás disfrutarlas porque te seguirán sabiendo a culo. -¿Te gusta la sopa? - Me sabe a culo.

Supongo que si eres un lameculos, te habrás sentido ofendido con mi artículo. Bien, no me hagas la pelota; de mí no vas a obtener nada. Búscate un buen par de nalgas a las que adorar  y se te pasará el disgusto.

P.D.:  Todos decimos que nos gusta la sinceridad, hasta que encontramos a alguien que la practica...¡Bastante habían tardado! Cuando el periodismo se acojona delante de estos mediocres, que confunden la baba con el intelecto, pierde su futuro; los ciudadanos, su libertad, y la democracia, el sentido.  Sigan corriendo a esconder sus complejos y sus colgajos en el fango, no esperen nada de mí. Seguiré siendo crítico, escribiendo sin miedo ni cortapisas.

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