Y así vives, así la vida se gasta

junio 04, 2020

Te levantas cada mañana y gastas. Gastas agua, gastas luz, que se pagan con dinero que pagas con tiempo de tu vida. Gastas para tener un coche mejor y un móvil de última gama con el que chatear, cada mañana. Gastas para vestir de marca, ir a la moda. Gastas en un pórtatil mejor, en las clases de yoga y en ese bono del gimnasio que te ayudará a librarte de los excesos.

Si eres de los que van con tiempo, mareas un café, muerdes un trozo de bizcochón... lees la prensa, malas noticias; corrupción, despilfarro, mamandurría, guerras... Las buenas, en muchos casos, algunas alegrías de tus deportistas favoritos, millonarios a los que admiras porque pueden gastar mucho más que tú, pero gastan menos. Pues como decía el expresidente de Uruguay José Mujica, "cuando uno gasta dinero, en realidad, gasta el tiempo que invirtió en conseguirlo".

Si eres, por el contrario, de los que estiran la alarma del despertador de cinco en cinco minutos, corres y sales con media chaqueta puesta y el bocadillo a medio comer,
en cualquier caso, gastas. Pues llegas a un trabajo que no te gusta, a cumplir con un horario determinado, agotador, para poder tener así dinero, dinero para comprar más ropa y más complementos que te hagan más interesante el fin de semana, en el único momento que tienes para “desconectar” de una vida que te ha arrollado como un tren. Y ahí te dispones, en ese preciso instante, a ver si con tanto bailoteo y, con una copa tras otra en la mano, el sábado por la noche consigues olvidarte, al menos por un rato, de que tu motivación en la vida se ha reducido precisamente a eso, a que llegue ese alcohol y suene esa canción que te hace olvidar.

El alcohol y el capitalismo. Esa televisión mayor que la anterior de la que presumimos en nuestro salón o la barbacoa que llenamos de salchichas en el glamuroso jardín, son elementos que permiten olvidar en qué se está invirtiendo tu tiempo. Sin darte cuenta de que precisamente toda esa ropa arrinconada en el fondo del armario, la hilera de perfúmenes y tus deportivas de marca que te sobran... son la materialización, ni más ni menos, de todas las horas, los días y los años que, ahora, te faltan.

Te levantas una nueva mañana y, en consecuencia, te enfrentas a gastar un día más. Y así vives, así la vida se gasta. El consumo te consume. A lo mejor ya va siendo hora de plantearnos que podemos “vivir mejor con menos”. Y ser conscientes de cómo nos quieren hacer cómplices de un sistema que nos han impuesto y que sólo beneficia a los mismos de siempre. Y es que desde que llevamos pañales hasta que se nos caen los dientes nos bombardean con el “comprar, comprar, comprar”.

También te puede interesar

0 comentarios