Nuestra primera vez

mayo 01, 2020


Jamás podré olvidar la primera vez, ese instante, y a pesar de las preocupaciones que tenía, procuré todo centrarlo en ti. Ninguna película, ningún libro, me había preparado para ese momento tan esperado, sentirte. Recuerdo tu silencio, como me acariciabas y me mirabas con esos ojos tan tiernos, recuerdo ese momento en el que nuestras vidas, en cuerpo y alma, se unieron de forma inquebrantable para siempre.

Los nervios se fueron abriendo paso, poco a poco, a la vez que mi pulso y respiración acelerada, por fin, me permitieron entregarte todo sin reclamarte nada a cambio. Se paró el reloj, nadie pudo romper ese primer momento, tu silencio, mi sonrisa nerviosa, tu mirada tímida, lo que sentimos el uno por el otro dejándonos llevar, los dos, aquella noche, a altas horas de la madrugada, como una pareja de baile, pero sin necesidad de música. De nuevo, unas palabras y todo se disolvió.

No recuerdo cuanto tiempo estuvimos juntos, piel con piel porque, desde ese preciso momento, pasaste a formar parte de  mis adentros, de mi propio ser, como un bonito recuerdo recubierto del más fino terciopelo. ¿Sabes? Nunca había sentido ni vivido antes algo tan idílico ¿Sabes? Me hiciste el hombre más feliz del mundo pues, aunque haya pasado algo de tiempo desde aquel entonces, no tengo ninguna duda al afirmar que allí, contigo,  en aquella habitación, conocí el amor incondicional, verdadero, eterno... querido hijo. Hoy... se cumplen cinco años de ese momento. ¡Te queremos, Ionut!

 

 

También te puede interesar

0 comentarios