Cómo saber si vamos a un buen restaurante

mayo 11, 2020

Existen variados indicadores, a tener en cuenta, que nos dan pistas sobre la categoría de un restaurante. Los más básicos y que, no suelen escapar del sentido común, atañen a la higiene, evidentemente, de la propia instalación hasta el aspecto físico que tiene el personal. Asimismo, el olor del recinto, los pequeños detalles, la mantelería, el estado de los platos, vasos y cubiertos, nos da una visión  más profunda sobre el propio restaurante. El trato, según somos recibidos, es otro indicativo a tener en cuenta, junto a la explicación de la carta. El servicio que vaya más allá de lo protocolar, es decir, que cubra las necesidades del comensal en todo momento, así como la presentación de los componentes del plato, con el fin de que sea un plato atractivamente montado y nos inste a comerlo, otro asunto muy importante.
 
Pero, entre muchos aspectos más, quiero enseñarles a analizar la carta, la tarjeta de presentación de los restaurantes. Hay restaurantes que las miman con sumo cuidado, otros que no le han dedicado ni un segundo de tiempo, desde faltas ortográficas, correcciones con "pegotes", "tachones", y problemas de diseño evidentes... Al recorrer sus "pringosas" páginas,  nos hace darnos cuenta de si se cuida hasta el más mínimo aspecto, o hay una dejadez que roza el extremo. El tono de voz que percibimos desde la cocina, la manera, la forma de comunicación entre los empleados, etc.
 
Pero, basándonos estrictamente en la carta, esta viene siendo como el D.N.I del restaurante, según llegamos nos la entregan, y nos hace decantarnos por unos platos determinados, bebidas, etc. Mi recomendación es que, si ven que supuestamente, es un restaurante de categoría y no dispone de una carta diferenciada para vinos y platos, ¡huyan! Si aprecias, páginas y páginas, ¡huyan! Un restaurante que venda producto fresco, no puede abarcar tanto, así que... estarás pagando a precio oro, comida recalentada. De esta manera, una carta con 3 y 5 platos por categoría, es suficiente. Lo contrario, mal asunto.
 
Por otra parte, y para no recitar la Biblia en verso, no alargarme más en este post, si presenciamos que se toman a la ligera las alergias alimenticias, omitiendo la confección de los platos, el código de los 14 alérgenos alimentarios, es un muy mal indicador.

Para los profesionales del sector, un mensaje claro, por favor, en la gastronomía importan los sentidos, así, en la medida de lo posible,  omitan el símbolo del euro, y no coloquen  los precios alineados, es un punto a favor. Este pequeño "truco",  hace que no se decante el cliente por el plato menos caro o, tenga la sensación de "hartazgo visual". Algo muy importante, para ser ninguneado.





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